¿Quién fue Caloca?
Se dice que en las calles de Huamantla vivía un cabecilla rebelde quien, sin anhelar algún puesto político, o sin tener una fija o definida posición en algún partido, llegaba a incursionar por esta ciudad de Huamantla. Este individuo de negros antecedentes, feroz maleante y temible bandolero era nada más aquel quien respondía al nombre de Rutilio Espinoza “Caloca”, lugarteniente de Emiliano Zapata.
Un bandolero originario de Orizaba que había saqueado las haciendas y amenazaba tomar por asalto las tierras Huamantlecas, violar a las mujeres y arrastrar la cabeza de la Virgen de la Caridad, hay quien relata su historia como “El Robin Hood Mexicano”, por que el producto de su actividad delictiva lo repartia a las personas mas necesitadas de la región.
El cronista de la ciudad, José Castillo Hernández relata que el combatiente de las tropas de Madero, fue fusilado un jueves de Semana Santa, en 1912, inmediatamente luego de su aprehensión.
Después de que lo detuvieron, Caloca fue traído a Huamantla para su fusilamiento. Su cuerpo fue expuesto en uno de los postes del ferrocarril y allí estuvo durante tres días a la mirada de los curiosos, hasta que los feligreses del pueblo le dieron cristiana sepultura en el panteón de la capilla El Calvario edificada en el siglo XVII, detalló.
Han pasado ya varios lustros, y este hombre sigue presente en memoria de muchas personas, ya que han seguido transmitiendo a las generaciones de estos relatos, y es por eso que, cuando escuchamos estas narraciones, en nuestra mente se le da forma de leyenda a los pasajes de aquel tristemente célebre asaltante.
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